miércoles, 4 de septiembre de 2019

Las siete lámparas de la arquitectura

Siete lámparas de la arquitectura
1.- Lámpara del sacrificio:
La primera lámpara de este postulado versa sobre la actitud de trabajo entorno al hacer arquitectónico. Para poder consolidar una obra arquitectónica de principios sólidos se debe tener cierto sacrificio, un grado de abnegación en relación a nuestro esfuerzo, el saber que con nuestra labor podremos ayudar a demás personas, desde esferas de gran alcance, como ayudar a varios habitadores de una urbe, hasta ayudar a un reducido grupo de habitadores. Para ejemplificar esta lámpara, seleccioné la obra del centro de salud y promoción social, de Diebedo Francis Kéré. Un complejo que comprende tres unidades de especialidad médica, sobre las cuales se contempla: ginecología y obstetricia, dental y medicina general, además de consultorios, salas de hospitalización, oficinas y áreas de espera. Todo el centro de salud es edificado con arcilla, una propuesta innovadora y de vanguardia.
2.- Lámpara de la verdad:
Un criterio que contempla la veracidad de las obras arquitectónicas con sus habitadores, con el contexto aledaño por sobre el cual se desplantan. Para esclarecer dicha lámpara eh seleccionado la biblioteca central de Seattle, por Rem Koolhaas. Una obra que retrata de sobre manera la búsqueda de la verdad, al ser una de las bibliotecas más visitadas de la ciudad, un símbolo del despacho de Koolhaas, un espacio en donde los habitadores buscan la verdad entre las páginas de libros, escritos que los ayudaran, acompañados del innovador diseño arquitectónico, a encontrar las respuestas tan anheladas. Partiendo de un diseño reticular que sirve como estructura, la piel del edificio logra contrastar un juego de luces en el interior que ameniza totalmente la biblioteca central.
3.- Lámpara del poder:
El ejemplo a seleccionar fue el viaducto Millau, por Norman Foster y asociados. Una lámpara que busca retratar el poder de una nación, un determinado grupo de habitadores, un centro urbano en específico o una idea en concreto. Se trata de un puente flotante, uno de los puentes de mayor renombre a nivel internacional gracias a su colosal altura, una de las autopistas más elevadas en el mundo, simulando un trayecto entre las nubes y el cielo. El diseño de Foster fue el de retratar las montañas aledañas, un símbolo del poder del hombre en relación a la naturaleza.
4.- Lámpara de la belleza:
Aquí es en donde entra en juego la subjetividad del arquitecto, pues esta lámpara nos habla de la estética inerte en las obras arquitectónicas. Se retrata de sobre manera en la vanguardia y las tendencias arquitectónicas del mundo actual, por lo que seleccioné la filarmónica de París, de Jean Nouvel. Una obra que retrata la belleza tanto en el espacio exterior, teorizado bajo el concepto de curvas que evocan el movimiento serpenteante de una nota musical, como el trabajo en el interior, una obra luminaria que nos ofrece una gama de colores y texturas que contrasten con la música de la filarmónica.
5.- Lámpara de la vida:
La Capilla Brother Klaus Field, de Peter Zumthor. Una edificación construida mediante un total de 112 troncos de madera, en el interior la madera fue encendida en llamas, dejando un vano al interior para retratar la capilla, fabricada a base de concreto de cincuenta centímetros de espesor. El exterior se retrata como un volumen libre y austero, que matiza los tonos agrestes de su emplazamiento, un hito que no cuenta con instalaciones o luz eléctrica, pero va acorde a las demandas de los agricultores locales, en honor al santo suizo Nicholas von der Flüe.
6.- Lámpara de la obediencia:
Para dar un ejemplo, el centro Pompidou-Metz, de Shigeru Ban, retrata con claridad que la lámpara versa sobre el trabajo duro y la constancia del concepto arquitectónico con el exterior. Una edificación que presenta una cubierta de formas orgánicas, a base de madera, que enmarca un enlazamiento con el contexto de tal manera que se proyectan miradores sobre su superficie que apuntan a los hitos de mayor relevancia en la ciudad.
7.- Lámpara de la memoria.
Para la lámpara final, seleccioné el museo de historia de ningbo, de Wang Shu. Una obra monolítica que se mimetiza con su entorno con maestría, formando un volumen a base de materiales que surgen por debajo del suelo, una geometría formal sobre la cual se proyecta una serie de pequeños ventanales. El macizo predominando sobre el vano. Con un mirador en su techumbre, el museo cuenta con una serie de pisos de exposición bien iluminados gracias al emplazamiento y el contraste de la obra arquitectónica con su lugar de origen.

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